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Herramientas y materiales

Articulo de Claudia González


Desde la antigüedad existe una fascinación por el ámbar,  es una resina fosilizada, procedente del árbol de pino, que ha necesitado entre 25 y 50 millones de años para convertirse en un mineral orgánico (debido a su origen vegetal).
Existen varios ejemplos de ámbar que pueden contener restos de plantas, insectos y polen, los que pueden convertir piezas de ámbar en únicas y originales piezas de joyería.
Los colores del ámbar pueden ir desde  amarillo, dorado, naranja, con tonalidades rojizas, pardas y hasta verdosas, así como ser traslucido u opaco. Una pieza grabada de ámbar captura y juega con la luz, brindando una sensación de suavidad y sensualidad.
Es suave (2-3 en la escala de Mohs) y relativamente fácil de grabar, se pueden utilizar las herramientas de rutina, hacerlo a mano o incluso utilizar un motor flexible. Esto nos ayudará a no atacar demasiado la pieza debido a que se puede astillar o romper.
Se recomienda comprar ámbar con proveedores de buena reputación debido a que en la actualidad existen falsificaciones de ámbar, las cuales en lugar de ser resinas fosilizadas son resinas sintéticas. En caso de dudar sobre una pieza de ámbar, existen algunas maneras sencillas de comprobar su autenticidad y asegurarnos de que no sea plástico.
Primero: caliente una aguja y colóquela en un lugar de la pieza donde vaya a grabar o que no sea visible al usarla. Al quemar el ámbar, éste desprenderá un olor a pino y dulce, no a plástico.
Segundo: puede cepillar y remojar una parte de la pieza en alcohol metílico o acetato de etilo. El plástico se disolverá en estas soluciones.
Precaución: el ámbar se disuelve en acetona o removedor de esmalte para uñas.
Tercero: puede mezclar cuatro cucharadas (chicas) de sal en un vaso de vidrio con 250 ml de agua. El ámbar original debe flotar en esta solución.

 

Fuentes:

  1. Carving amber, by Yoli Rose. Lapidary journal, jewelry artist project.
  2. guía de los cristales, by Jennie Harding. parragón 2002. pág. 24.